SUBIDA AL MONTE CARMELO

Leales, exactas y sinceras las palabras con que se cierra el prólogo de este libro: no se escriben cosas muy morales y sabrosas, sino doctrina sustancial y sólida para quienes desean realizarse plenamente en el espíritu. Por eso mismo reclaman una lectura atenta y reposada; según confesión del propio Juan de la Cruz, exigen incluso una relectura; tan profundas y tan sólidas son.
El empeño serio tiene al fin su recompensa. En ninguna otra obra de la espiritualidad clásica se ofrece un proyecto de vida espiritual tan bien elaborada y tan reciamente razonado. Su perenne actualidad reside precisamente en su búsqueda de lo esencial; en su propuesta radical; en la poda implacable de moralismos cómodos y de evasiones superficiales. Esfuerzo depurador comprometido y vida teologal “entera” son los pilares de esta obra sanjuanista.